Desde mi
sofá de Ikea
Me encuentro
aquí tumbado, en mi sofá de Ikea, leyendo el blog de mi queridísimo Alejandro.
Soy joven
por fuera, aparentemente sano y alegre cuando me dejan.
Poco a poco
me voy dando cuenta de las duras realidades que la vida tiene para mi y para la
gente que me rodea. Es curiosa la sensación que llevo experimentando hace
algunos meses, es como si empezara a abrir los ojos y fuera capaz de ver cosas
que antes no veía. Soy capaz de ver dentro de mi cuando me como una pizza a
domicilio y cuando desayuno copos de avena, soy capaz de ver la ignorancia de
algunos y la bondad de otros... Pero como digo, soy capaz de ver cosas que no
veía antes, pero sigo siendo incapaz de entender a los demás.
No entiendo
como hemos sido capaces de llegar a ser auténticos ordenadores. Ordenadores
programados para ser ciegos y seguir las pautas que nos marca gente que no
conocemos.
No vemos la
cantidad de tóxicos que comemos a diario encantados de la vida, no vemos como
nos engañan los políticos más punteros, no vemos como nos engañan algunos
médicos, no vemos como nos engañan los periodistas que a su vez son engañados
sus jefes que tan amigos son de los políticos y médicos que nos engañan, no
vemos nada.
Como decía
antes, empiezo a ver cosas, aunque sigo siendo cegato. No es fácil cambiar la
programación base que llevamos, y por supuesto no es fácil cambiar el mundo,
pero, porque no intentarlo? Sabemos que no seremos capaces, pero poco a poco,
luchando y uniéndonos, podemos conseguir que en algún futuro, la vida cambie.
Mi intención
no es arruinar a Panrico ni a Bayern, mi intención es que se den cuenta de que
nos tienen que cuidar. Cuál es el
problema más importante? la avaricia.
Trabajo en
el mundo de la medicina, y sé que hay curas no regladas para enfermedades tales
como el cáncer. A no regladas me refiero en este momento a medicinas que
arruinarían a las principales farmacéuticas las cuales a su vez, ayudan
económicamente a gentes de la política y a gentes de la medicina.
No hablo de
otros campos porque no sé. Pero solo un cambio en la salud pública terminaría
con la crisis de España en menos de 2 años, por no decir que no habría habido
crisis.
En fin, mi
conclusión de esta noche desde mi sofá de Ikea es, que sin quererlo somos
ciegos y aun sabiéndolo, algunos quieren seguir siéndolo, y los que queremos
por lo menos llegar a cegatos, nos chocamos contra insensatez.
Buenas
noches a todos.
Fran.
Tras un episodio familiar intenso por la retirada comercial de un antidepresivo, he vivido eso que sabía como realidad: cuantas personas dependemos ya no sólo del dinero si no, cuántas dependen de una pastilla y el estado en que se pueden quedar simplemente con dejar de suministrarla, con cambiarla por otra, por tomarla... No quiereo ser ciega pero en ocasiones me presupongo insensata, sin avaricia: mi conclusión de tu conclusión (mientras fumo) es que palabras como las tuyas son necesarias, palabras que, apesar de todo, pareces escribir con amor.
ResponderEliminarSara
vaya, gracias.
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