Desde el
aire.
No es que este en el espacio de una forma
permanente, de ningún modo, es simplemente que por cuestiones de trabajo me
desplazo con frecuencia a >>Barcelona>> en avión y aprovecho ese
tiempo para escribir. (Las comillas tumbadas parecen que le dan credibilidad a
la velocidad aérea a la que me desplazo).
También es cuando suelo leer el periódico para continuar mal informado.
Me preocupa la neurotoxicidad por plomo y
manganeso que parece ser que aumentan la violencia. Me preocupa la neurotoxicidad
del mercurio y el aluminio pues también está demostrada su relación con el Alzheimer
y la demencia senil. Me preocupan las radiaciones de la telefonía móvil.
Creo que nos están volviendo tontos, tantos
productos químicos que ingerimos, respiramos o soportamos. Nos dicen que
tenemos derecho a la salud cuándo la salud, como dijo Alejandro en su última
charla, es un don divino que probablemente tengamos que conquistar.
Algo nos pasa. ¿Cómo es posible que con tanta
facilidad miremos para otro lado y no seamos capaces de encontrar la respuesta
correcta a esta situación mediocre en la que vivimos?
Quizás la solución sea la de hacer Sudokus,
como el pasajero de alado, en una gran “tableta” y pasar de todo, eso sí, con
la mente más ordenada. Es decir, pasar cerebralmente ordenado de todo lo que no
me incumba directamente, a mí, de mí o para mí.
No me salen las cuentas de nada. Ni de los
seres humanos entre los que me cuento, ni de su comportamiento, ni de nada.
Vamos a ver: 50 millones de españoles, de los que sola trabajan 18 millones, incluidos
los 3 millones de funcionarios en los que no están incluidos los 500.000 políticos.
Los 100.000 militares se contabilizan también aparte. Si me pongo a sumar los 18 millones más
los 100.000 militares más los 6 millones de parados, mas los políticos, me
faltan unos 25 millones de españoles que al igual que la economía deben de
estar sumergidos. Creo que gracias a ellos este país funciona, se mueve y
consume, pues ni los bancos dan, ni los sueldos lo permiten. Existe una
economía virtual. Nadie tiene dinero pero en los supermercados se continúan
vendiendo carritos con “Donuts”, “petit
suisse” y demás viandas atrapadoras. Cuando llega un puente se contabilizan 6
millones de desplazamientos. Curioso que sea el mismo número que el de parados.
29 de abril. Periódico “El País”: “Se
descubre la trama de Obiang”, (el señor de Guinea donde se fueron hace un año
una delegación de políticos). Si no conocían su grado de corrupción deberían
suspenderlos por ignorantes y si lo sabían tendríamos que acusarlos de “colaboradores
necesarios” para delinquir. Igual que al volante “alcohol cero” en la política
y en las funciones públicas deberíamos considerar, “tontos cero”. Tonto es
aquel que se pasea por la calle y cree que nadie lo ve. Tonto es aquel que vive
engañando y engañándose continuamente pensando que nadie se da cuenta y él se reafirma
que no engaña a nadie. Pasteleos y pactos de villanos con nosotros mismos. Eso
es lo que hacemos como colectivo humano.
Dos días en Barcelona y de regreso
rápidamente a mi casita, a mi retiro, al silencio de mi Monasterio. Solo allí,
en la soledad de mi meditación y de mis lecturas me encuentro tranquilo. El
mundo externo social y siquiátrico me confunde. Dicen que soy un inadaptado. Tienen
razón, no me adapto por mucho que lo intento.
En el avión debo de tener la borrachera de
las profundidades pues si allí se creen que pueden respirar sin escafandra,
aquí a 10.000 metros de altura me estoy creyendo lo que leo y empezando a envidiar
al del Sudoku.
Miconciencia2010 me ha pedido algo
distendido, sin trascendencia, fácil de leer. Algo de mi vida cotidiana, (como
vivo en una cabaña sin luz y sin televisión, deben de creer que soy “simple”).
Bien, esta es mi segunda colaboración desinteresada
económicamente. Quizás algún día logre ganar dinero para un mejor desenfadado sustento.
Hay personas que pagan por ver una película de tiros. Hay otros que ni a tiros
conseguimos que nos paguen por contar lo que pensamos o enseñar la otra realidad
en la que vivimos.
Vi al policía que me quito las tijeritas que
no eran de punta redonda, con la gorra calada de tal forma que si continúa
mucho tempo debajo de ella, llevándola de esa forma, padecerá de vista baja,
frente alta y graves dolores en cervicales. No me vio.
Vivo dentro de mí y soy invisible.
Llevo buscado algo dentro de mí mucho tiempo,
y estoy empezando a comprender que no hay nada que ver, que encontrar. Cuando
estoy afuera (mundo externo) estoy empanzando a entender que no debo de ser yo
y sí lo que observo. Creo que este avión no me está sentando bien.
No estoy en condiciones de continuar. No les
puedo engañar. Me he tomado cuatro, repito, cuatro vasos de vino por creer que
esta incongruencia navegadora a la que me tengo que someter una vez al mes, es
mejor llevada con un poco de neurotoxicidad etílica y ya me ven, si continuo,
acabo llorando.
Que los Dioses nos protejan a todos, repito
para auto convencerme, a todos.
para Miconciencia2010.blogstpot.com
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