miércoles, 26 de agosto de 2015


                                      SOBRE LAS INTOLERANCIAS Y EL PULSO

Según el Dr Dr. Jean-Pierre Willem, las intolerancias alimentarias,  son la causa oculta del 80% de nuestras enfermedades! , declaro en la entrevista que concedió a los suscriptores mensuales Alternativa Bienestar.

el Dr. Jean-Pierre Willem. Fue fundador de la organización humanitaria "Los médicos descalzos" tiene 76 años y  participa como orador en infinidad de foros, es  cirujano de guerra en el extranjero y autor de diversos libros sobre salud.

Comienza señalando  la confusión existente  entre las intolerancias alimenticias y las alergias (pólenes, ácaros, etc)

8 de cada 10 alergias de las mas comunes, son en realidad intolerancias a algunos alimentos. El 85% de  la sociedad, las padece  sin saber que son la causa oculta de una serie de problemas de salud.

¿Cuál es la diferencia entre las alergias y las intolerancias?

Al igual que las alergias, las intolerancias alimentarias son una reacción exagerada del sistema inmune después de la ingestión de un alimento. En el caso de  la alergia, es el anticuerpo llamado IgE (inmunoglobulina gamma E)  el que responde (alérgeno), es decir, el llamado "antígeno". La reacción es rápida, brutal y cubre las membranas, mucosas y  piel. La persona presenta síntomas inmediatamente,  urticaria, conjuntivitis, rinorrhéa, diarrea o incluso shock anafiláctico.

En el caso de las intolerancias alimenticias, las células inmunes que reaccionan son las inmunoglobulinas gamma G (IgG). Los síntomas, en un principio pasan desapercibidos pues suelen aparece  dos días después de la ingestión  generando graves problemas de salud.

El mecanismo de las  intolerancias se centra en  la proteína de la dieta que es la que causa la reacción. Las proteínas mal toleradas siempre causan inflamación y disbiosis intestinal,  motivo por en cual la pared intestinal  se vuelve porosa y las proteínas alteradas,  cruzan la membrana del intestino. No son solo estas proteinas las que traspasan la barrera intestinal, sino tambien restos de comida, peptidos, virus... etc. consiguendo alcanzar el torrente sanguíneo. De esta manera el cuerpo los reconoce como antígenos y los combate a través de la IgG. es entonces cuando, después de algunos días se manifiestan los diversos  síntomas  que  rara vez  conectamos  a un alimento.

Al principio, se trata de alteraciones locales de los intestinos: diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, distensión abdominal y los hábitos intestinales alterados. Como consecuencia, estas alteraciones pueden ser la causa  de úlceras pépticas especialmente con la leche, soja y huevos, así como la colitis y otros síndromes como el del intestino irritable (SII), que afecta a uno de cada cuatro francés y a unos 4.600.000 de españoles (enfermedad crónica que provoca, entre otros efectos, dolor abdominal, alteración del tránsito intestinal y sensación de distensión abdominal), como consecuencia de esto, aparecerá una disregulación múltiple que producirá, por ejemplo,  aumento de peso, resistencia a la insulina y la hiperglucemia: el síndrome metabólico. También se produciran trastornos ORL como alergias o sinusitis. Cuando los intestinos están saturados,  el organismo fuerza la salida por la piel, la ruta de salida más cercana, apareciendo enfermedades  como eccemas y  psoriasis. Respecto a las migrañas, de las que se ven afectados unos 7 millones de franceses y el 12% de la población española, están  causadas en un  90% por los alimentos sensibilizantes como el  gluten de los cereales, la caseína de la leche, los huevos, la soja, el tabaco, el alcohol o las pastillas anticonceptivas.

Más allá de estos síntomas iniciales, las consecuencias de la intolerancia a los alimentos son muchas y algunas veces graves. Por ejemplo: Cuando los restos de comida  pasan la barrera intestinal se unen a la circulación cerebral y las células B, responsables de la producción de anticuerpos, se despliegan para neutralizarlos. Si la lucha continúa, el exceso de células B pueden volverse contra el propio organismo. Es entonces cuando aparecen las enfermedades auto inmunes tales como artritis reumatoide o la spondylitis anquilosante. En esta gama,  y curiosamente la intolerancia al gluten, en particular, puede originar hipotiroidismo, mientras que la caseína de la leche puede causar  el hipertiroidismo.

Más allá de la barrera intestinal, existen otros niveles de protección. Cuando la barrera hematoencefálica, que separa el cerebro de la sangre, pierde su estanqueidad, aparece la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer.  Estas enfermedades significan que la barrera hematoencefalica se ha saltado (Acordemonos del prion de las vacas locas). Luego está la procesion de  todos los trastornos de la conducta y comportamiento: la hiperactividad, el autismo, la epilepsia y la esquizofrenia, todos estan relacionados con la intolerancia al gluten y la caseína de la leche.

Las intolerancias alimentarias parecieran que se han puesto de moda, y estan relacionadas  con la evolución del organismo humano que  ha sido mucho más lenta que la del medio ambiente. Por ejemplo, hace unos cuantos miles de años, el trigo fue de sólo 14 cromosomas. Luego se realizaron hibridaciones y se  han obtenido muchas nuevas variedades con aproximadamente 42 cromosomas, el sistema inmunitario no sabe qué hacer, no esta para hacer frente a tantos agentes nuevos.

 No nos olvidemos de las drogas que se añaden a nuestro organismo en forma de medicamentos, por ejemplo, los bifosfonatos utilizados contra la osteoporosis, atacan las membranas de  las  mucosas causando disbiosis intestinal. Nuestro pan de higiene, con un   exceso de  asépsia no ayuda al el sistema inmunológico lo suficiente. Nuestro exceso de higiene genera pequeños sistemas inmunes de adaptacion.
Los alimentos más comunes que causan intolerancias  son la caseína de la leche y el gluten de granos como el trigo, avena, centeno, etc. Cuando existe una intolerancia  a uno, es también a los demas. Lo mismo ocurre con la soja y chocolate. Pero se puede ser intolerante a muchos mas alimentos, como algunas frutas exóticas, sésamo, almendras, verduras cucurbitáceas, soja, lentejas, etc. Son muchos los doctores que no dejan de advertir del callejón sin salida al que se conduce c al Ser Humano, entre estos doctores se encuentra el Dtor Moncayo que desde el Instituto de investigación de su mismo nombre  no deja de advertir del del peligro de las alteraciones geneticas que se están introduciendo en los alimentos. Todas las intolerancias alimentarias pueden generar muchas enfermedades, por lo que es de suma importancia identificarlas.

Cuando tengamos la sospecha de  una intolerancia al gluten o productos lácteos, se  puede solicitar en un laboratorio medico una analítica de orina donde se nos informe de la presencia de peptidos en la orina (peptiduria). Esta prueba, excepcional, informa sobre la presencia de péptidos opiáceos en la orina, que son la consecuencia del resultado de la mala absorción del gluten de trigo y sus derivados y de los productos lácteos (caseína), Por ser estas las fuentes más comunes de las intolerancias. Tambien se puede solicitar  un análisis de sangre de los 22 antígenos alimentarios más conocidos.

Es verdaderamente  interesante  y novedoso  la aportacion del  Dr. Willem respecto a poder detectar, nosotros mismos estas intoleracias tomandonos el pulso.

Esta es su propuesta:

"Otra forma de identificar las intolerancias alimentarias, sencilla y completamente fiable, es el impulso de prueba del Dr. Arthur Coke. Se basa en la observación de que, aparte de una emoción o esfuerzo, el pulso es estable, pero que una vez que se ingiere  un alimento que no es beneficioso y no nos sienta bien, el pulso se acelera. El protocolo es muy simple y es como sigue:

Tomar el pulso durante un minuto antes de comer.

Hacer una lista completa de los ingredientes ingeridos.

Tomar el pulso  media hora después de la comida y de nuevo media hora más tarde.
Si sus velocidades son de más de 5 latidos por minuto, ahí está  la intolerancia a uno o más alimentos ingeridos. El nivel de aceleración refleja la gravedad de la intolerancia.

Para que la prueba sea fiable, debe de haber dejado de fumar por completo durante al menos 24 horas, ya que puede ser intolerante a su propio  humo. Para una comprobación cruzada, al cabo de unos días, podemos sospechar de las intolerancias potenciales en nuestra comida diaria. Esto requiere una cierta disciplina pero es completamente fiable. Cuando se sospecha de un alimento, se puede ingerir solo y volver a probar. Este ensayo ofrece algunas sorpresas: el Dr. Coca cita el caso de una mujer que descubrió a través de este método que la pasta de dientes que había usado durante años era la causa de sus dolores de cabeza. También podemos ser intolerantes a un perfume, tabaco u otra sustancia presente en el medio ambiente. Para localizar estas intolerancias no alimentarias, tomemonos el pulso en la mañana al despertar y observemos las alteraciones que se nos producen a lo largo del dia. Se trata de una investigación como si fuesemos  policías de nosotros mismos.

Una vez identificadas las intolerancias nuestra actitud sera la de evitar y/o  desalojar el alimento responsable en función de la gravedad de la intolerancia. Durante unos días, la ejecución de una supresion alimentaria puede traer un empeoramiento de los síntomas, (la llamada crisis curativa por los naturópatas) pero no dura excesivo tiempo. Después de seis meses, podemos tratar de reintroduccirlo. Si el producto infractor desencadena una nueva reacción es que la intolerancia persiste. En este caso, volvemos a realizar los mismos pasos nuevamente. Con el tiempo, muchas intolerancias desaparecen.

Sobre la Simbiosis Intestinal teneis un comentario que publique hace dias en este blog.

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